GEBRSELASSIE Y YO JUNTOS

Llegando a la puerta de Puerta de Brandeburgo

Haile Gebrselassie es el actual plusmarquista mundial del maratón con un tiempo de 2h 03m 58s realizado el 28 de septiembre de 2008 en el maratón de Berlín. Lo que nadie os contará nunca, es que consiguió su marca, porque tuvo una liebre de lujo. Yo estuve allí. Él oía el retumbar de mis pasos, ahí, oculto entre los 40000 corredores y por eso apretó. Si no, ni de coña hace el record del mundo allí, vaya si no¡¡.

El caso es que yo nunca he hecho trampas en ninguna carrera. He completado 4 maratones y la de Berlín iba a ser la quinta. Mi objetivo era bajar de 03h32' que es la marca de mi primer maratón y la que siempre quise mejorar. Así que cuando Paco comentó de un maratón fuera de Valencia, elegí Berlín. Tenía muy buena fama y no había estado en Berlín. Como el maratón era en septiembre, en enero o febrero ya busqué apartamento y avión para ir y me inscribí. Estas cosas hay que hacerlas con tiempo. Ahora sólo me quedaba esperar unos meses y empezar a entrenar fuerte en verano, porque en septiembre era el maratón.

Como la ley de Murphy para tíos como yo nunca falla, en Junio me salió una hernia discal, que me provocó una ciática de mil demonios. Aparte de no poder correr, no podía ni dormir más de dos horas seguidas. Las pasé canutas. Justo cuando debía de empezar a entrenar, estaba pasando las de Caín. Ni relajantes musculares ni Ibuprofeno ni vainas en vinagre. Hasta que no me cogió un fisio y me ayudó a recolocar todo, no experimenté mejoría.

La semana antes del maratón empecé a entrenar. 1 minuto corriendo, 2 andando. Y así progresivamente hasta que podía correr 20 minutos seguidos. Con algo de dolor, pero volvía a correr.

Así que  mis dos amigos y yo nos plantamos entre 40000 alemanes, en la salida. Paco también estaba lesionado, Amparo la iba a hacer entera. Yo completé el primer kmt desde la salida y me fui con mi mujer, a coger el metro. En el kmt 10 vi pasar la carrera, luego hice lo propio en la media maratón (aquí ví la alfombra de control del chip y la pisé). En el kmt 37 me metí con Amparo para acompañarla los últimos 7 kmts. Por lo menos vería el ambientazo del maratón de Berlín desde dentro. Espectacular: 40000 personas corriendo y  la ciudad volcada en animarles.  No he estado en Nueva York, pero creo que Berlín no tiene mucho que envidiar como maratón a la de Nueva York. Todo un fin de semana para los corredores.

Al día siguiente de la carrera, compré un diario alemán con la lista de corredores. Mi nombre figuraba unas pocas posiciones detrás del record del mundo. De Haile Gebrselassie. Una pequeña satisfacción. El orden alfabético me había hecho un favor con mi apellido. Tenía su gracia. Juro (sobre algo ateo, por ejemplo un jamón de jabugo) que nunca he hecho trampas ni las haré en una carrera, pero en ese momento, con ese periódico en las manos, era el tío más feliz del mundo por estar al lado del campeón del mundo. Consuelo de tontos, sí, pero todavía lo guardo. Eso sí, algún año volveré a Berlín. No me gusta dejar las cosas a medias. Me da igual la marca, pero yo, esa maratón la he de hacer.