lunes, 11 de abril de 2011

UNOS DIAS POR OTROS

Llega el calor y uno entrena menos. Si encima se complica la semana y cuentas con menos horas de las planeadas parece que todo esté en contra de tu ración de correr. Pero hay que intentarlo, por lo menos salir un rato, aunque hagas algo distinto a lo planificado. En esos momentos tienes que recordar por qué lo haces. Corres para disfrutar, no es una obligación. Si bien es cierto que un entrenamiento planificado da buenos resultados, unos entrenamientos cuadriculados cuando no se tiene tiempo, se pueden convertir en algo contraproducente, ya que no haces más que reñirte a tí mismo.
Así que con la llegada de este veranillo he llegado a estas conclusiones. Lo importante es correr, si hoy no saco dos horas para correr y tengo una, disfrutaré esa una. Mañana será otro día, punto pelota. Esto no me da de comer.
El otro día quería hacer algo de velocidad a mediodía: La idea era hacer 2 vueltas a un circuito de aproximadamente 4,5 kmts, yo solito, con mi sol y más hambre que un tiburón tigre, porque yo a las 14:30 o estoy comiendo o si pasa un scooter por al lado mio me como al motorista y al scooter, soy así, mi cuerpo me pide gasolina con plomo, de la de antes, vamos. Así que antes de salir, doy cuenta de un plátano y con eso aguanto hasta después del entreno, si no, ni de coña.
Pues el otro día, salí con mi plátano en la tripa dispuesto a dar mis dos vueltas, como comentaba antes de irme por los cerros de Úbeda y me encontré a mi vecino de la misma guisa que yo. Sé que va más lento que yo, pero tiene buena conversación. Que cojones, me voy con él. Así que el entreno fue un paseo de charreta de 45 minutos, nada que ver con lo planificado. En ese momento es cuando has de decir. "¡¡Qué narices, yo no vivo de esto"¡¡

No hay comentarios:

Publicar un comentario