sábado, 19 de marzo de 2011

ABEBE BIKILA

El otro día, llegó a mis manos una revista de atletismo que hablaba sobre este hombre. Yo conocía parte de la leyenda, que corría decalzo, que había ganado el maratón de Roma y poco más. Pero cuando leí sobre su vida, tuve el convencimiento de que el destino de este señor no era pasar por el mundo sin más. Si llegó a ser un gran atleta, estoy convencido de que en un 85% fue por su carácter, combativo a más no poder. Hijo de un pastor fue soldado en su país, llegando a ser miembro de la guardia nacional y condecorado después de ganar su primer oro. Sorprendente fue su imagen del maratón de Roma de 1960 ganándola descalzo, y sorprendente fué que volviera a ganarla en 1964, recién operado de apendicitis.
Por desgracia un accidente de coche acabó con su carrera en 1969 y  cuatro años más tarde falleció por un accidente cerebral. Nos queda su recuerdo como un auténtico héroe del atletismo.

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